Es importante destacar que abordar el tema de la presente investigación, es decir, el tema “Milpa Alta”: su identidad, cultura y territorio, no ha sido producto de una casualidad, sino más bien de una causalidad. Y es que en primer lugar, quien esto escribe es originario de dicha comunidad, específicamente de Villa Milpa Alta, cabecera delegacional y poblado que conforma también parte de la comunidad indígena de Milpa Alta. En segundo lugar, formo parte de una agrupación en cuya evolución durante los últimos doce años, ha trabajado en la investigación, preservación y difusión del patrimonio natural y cultural de Milpa Alta.

Son, pues, estas dos perspectivas a partir de las cuales observo, escribo y desarrollo la presente investigación. Y desde las que actúo como originario y como miembro de un grupo que aborda temas relativos a la ruralidad y las expresiones culturales de su gente.2 Por lo anterior, es importante señalar que mi subjetividad en la presente investigación resultará evidente, y también en ese sentido me asumo como parte de los actores sociales tal como describe Gisela Landázuri (2008), y que está, junto con la agrupación, en la búsqueda y proceso de consolidación de la participación social para desarrollar los mecanismos que expresen las capacidades, aptitudes y potencialidades no sólo para elegir, sino también para diseñar, administrar, evaluar, en fin, construir procesos de auto transformación, o si se quiere conservar el concepto de desarrollo, hablemos de éste como cambio emancipador.

La violencia parece haber cubierto el territorio nacional, abundan hechos y acciones del crimen organizado y del mismo Estado a través de los cuerpos policiacos, el ejército y la marina. La impunidad aparece como otra forma de violencia, no sólo para impedir el esclarecimiento y la justicia, sino para silenciar, ocultar o invisibilizar el terror y el horror que se siembra cotidianamente entre los ciudadanos. Se ha vuelto cosa de todos los días la persecución, la desaparición forzada o la matanza “justificada” o disfrazada de enfrentamiento contra “el crimen organizado”; también es cotidiana la criminalización de aquellos que alzan su voz contra la discriminación, la cancelación del futuro, la pobreza, la exclusión.

El caso de los estudiantes asesinados y de los desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa no es un hecho aislado sino parte de un cúmulo de acciones que, por su crudeza y arbitrariedad, agravian en lo más profundo a la ciudadanía, a las comunidades rurales y a la sociedad entera. La matanza de 22 presuntos delincuentes el 30 de junio de 2014 en Tlatlaya, Estado de México, presentada falsamente como “enfrentamiento” entre el ejército y el crimen organizado; la persecución y el asesinato de 6 personas y la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, ilustran la violencia y el abuso de poder, el desprecio por la legalidad y por la vida y la seguridad de que en México se puede hacer lo que sea impunemente. Pero también muestran que la sociedad puede organizarse, levantarse y exigir verdad, justicia, respeto al Estado de derecho y alto a la impunidad.

Hace algunas décadas la cultura aún era un tema estudiado fundamentalmente por la antropología o la etnología, sin embargo, desde la década de 1980 buena parte de las disciplinas sociales como la sociología, la ciencia política y la historia se han acercado a la cultura con distintas preguntas y desde perspectivas diversas. Los textos publicados en este libro son artículos de egresados de la maestría y el doctorado en desarrollo rural, de la UAM- Xochimilco, quienes abordas distintos aspectos de la dimensión cultural de los procesos de transformación en el mundo rural.

Los trabajos son capítulos o resúmenes de tesis seleccionadas debido a sus aportes a la discusión de los procesos de desarrollo rural. Hoy es claro que todo proceso social tiene una dimensión cultural, y su exploración ha derivado en el desarrollo de perspectivas teóricas y metodológicas. De inicio, debemos decir que las expresiones culturales pueden entenderse como un elemento de orienta las prácticas sociales y sus transformaciones, puede ser un motor de cambio, un  factor que modela las expectativas, interese y modos de acción. Influye, definitivamente en la estructuración y transformación del mundo social. El énfasis del  posgrado es justamente el tema de las transformaciones sociales, de la construcción del desarrollo pensando desde los sujetos o actores sociales.

Este libro recoge los trabajos de estudiantes e investigadores relacionados durante varios años con los habitantes de la región triqui baja y con los migrantes originarios de la región de Cópala. Su objetivo es recuperar la experiencia y la voz de los triquis dando particular relevancia a los testimonios de los migrantes.

En estas páginas se expone la violencia política que ha desgarrado durante décadas la región de Cópala y la problemática política que surge de los recurrentes proceso de expulsión de sus poblaciones; los distintos ciclos de violencia política que dieron lugar a las oleadas de emigración hacia las ciudades, al noroeste de México y a Estados Unidos; los circuitos migratorios de la Triqui Baja hacia el noroeste de México, en particular a los estados de Sonora y Baja California, así como las formas de movilización y organización de los triquis en esos estados; el proceso de asentamiento de los triquis en el Valle de San Quintín; la violencia sufrida y narrada por mujeres triquis que emigraron al Distrito Federal y a la ciudad de Oaxaca y las vivencias originadas por el racismo, la discriminación y la profunda injusticia social que privan tanto en la región de origen como en las ciudades de destino; las condiciones de asentamiento y trabajo de los triquis en la Ciudad de México y de los que migraron a Estados Unidos y retornaron después a Cópala, y, en fin, las transformaciones políticas y culturales que viven los migrantes triquis en Estados Unidos.

A través de la experiencia migratoria de distintas generaciones de hombres y mujeres triquis y de las luchas por la defensa de sus derechos, este pueblo indígena ha logrado reconstituir a pesar de la dispersión su tejido comunitario, sus tradiciones y sus formas organizativas.

Los trabajos que integran el presente volumen de Mundos Rurales abordan, desde diversos ámbitos y procesos, las transformaciones del campo mexicano y las estrategias que adoptan los actores sociales en sus respectivos espacios de acción: el espacio local y doméstico, y el espacio laboral, marcados por la búsqueda de fuentes de ingreso para paliar la debilidad económica de las unidades campesinas que, al influjo de la "multiactividad" y manteniendo la lógica campesina de producción, recurren a la migración regional, nacional o internacional como estrategia de reproducción social.

El hilo conductor de los trabajos es mostrar y comprender las mutaciones del mundo rural sintetizadas bajo la noción de Nueva Ruralidad. Como se puede desprender de su lectura, la realidad es mucho más rica y dinámica que las categorías conceptuales, toda vez que los procesos a los que hacen referencia están determinados por una densidad histórica que pauta la relación campo-ciudad y, sobre todo, por la memoria y la cultura de los actores, quienes al buscar estrategias de vida encuentran en su identidad y en su territorio la guía que orienta sus proyectos de desarrollo personal, familiar y comunitario.

Las investigaciones que aquí se presentan, en su momento tesis para obtener el grado de Maestría en Desarrollo Rural por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, mantienen la frescura de la investigación de campo que, en no pocas ocasiones, está signada por el compromiso directo de trabajo con los actores sociales.

Mundos Rurales tiene como propósito dar a conocer los resultados de investigación de los estudiantes, recién egresados y graduados del Posgrado en Desarrollo Rural, así como contribuir a la reflexión y búsqueda de alternativas para el desarrollo en el campo a partir del análisis de experiencias locales y regionales.

Este número que inaugura la colección reúne trabajos relacionados con la cultura de la producción campesina, desde cuya perspectiva se analizan cinco experiencias organizativas generadas de actividades como la apicultura, la pesca y la cafeticultura, y de procesos en torno a la educación y la salud, así como de la migración y el uso social de las remesas.

Las experiencias se desarrollan en comunidades de los estados de Tabasco, Durango, Chiapas, Nayarit e Hidalgo, y representan una muestra de las diversas alternativas construidas por la población campesina a partir de sus recursos, conocimientos y capacidad de resistencia y organización.

Los trabajos ponen a la vista los esfuerzos del mundo rural para salir adelante, no obstante la situación adversa que éste enfrenta como resultado de la ausencia de políticas públicas adecuadas y favorables para el mejoramiento de sus condiciones de vida.

Al igual que la democracia, la política presenta en su haber una larga lista de promesas Incumplidas en este fin de siglo en América Latina.

Frente a las tendencias que buscan ampliar y profundizar la condición ciudadana, se hacen presente otras que en sentido contrario apuntan a despolitizar la política y a devaluar la ciudadanía.

Uno de los signos de este último proceso es el desplazamiento de las decisiones políticas sustantivas, del ámbito de la consulta electoral, a restringidos círculos de gabinete, con lo cual, más que a una societalización de la política, se asiste a su estatalización.

En este escenario, los llamados a ciudadanías "responsables", como fórmula para alcanzar una gobernabilidad democrática, se constituyen en trabas a la democratización, en una región que presenta un enorme déficiten materia de ciudadanización.

El libro es un llamado a asumir con espíritu crítico conceptos -como los de globalización y gobernabilidad- que se hacen lenguaje común en las ciencias sociales. A su vez, pone en la palestra la necesidad de reflexionar sobre los problemas políticos y económicos desde las particularidades teóricas de América Latina.

La duración, profundidad y notables dificultades de superación, han hecho de la crisis económica global, que arranca en agosto de 2007, un fenómeno extraordinario de consecuencias sociales y políticas notables. la destrucción sostenida de puestos de trabajo, la reaparición de expresiones diversas del inquietante nacionalismo económico, el retorno –como durante la gran Depresión– de variadas formas de desconfianza que se expresan en distintas preferencias por la liquidez, la persistencia de propuestas conservadoras para suspender la expansión de los gastos públicos que ofrecerían mecanismos para reanimar la inversión, el empleo y el consumo, la amenaza cierta de condiciones deflacionarias y un alarmante etcétera, obligan a fijar la atención de los especialistas en el origen, expresiones, lecciones y posibilidades de superación de la crisis en curso.

El papel protagónico que, en la confección de la situación crítica, ha tenido el desmantelamiento de la normatividad reguladora que estableció el New Deal, la voracidad de los creadores de hipotecas subprime y, a partir de ellas, de derivados envenenados que se calificaron de alta calidad (AA y AAA) por la cómplice participación de agencias calificadoras, la venta globalizada de tales productos financieros y la ignorancia conmovedora de sus compradores, se vincularon con el dominio intelectual de la llamada teoría de los mercados financieros eficientes –misma que permitió construir el mito del bajo riesgo de impago de las hipotecas– y con las expresiones visibles de las distintas formas de espíritus animales, para completar la ruina.

Zapata cabalga por el Tepozteco refiere a uno de los fantasmas que recorre el mundo: el de las luchas campesinas e indígenas de largo aliento y con un claro horizonte de visibilidad histórico; el de las comunidades y pueblos que le dieron forma al Estado mexicano desde lo nacional-popular y que actualmente enfrentan la política del capital en el marco de la llamada globalización. En ese escenario, este trabajo se detiene en una experiencia que puede considerarse paradigmática: la escenificada por la comunidad de Tepoztlán, en el estado de Morelos, contra la intención gubernamental y de la iniciativa privada de construir un fastuoso club de golf en su territorio.

Tepoztlán, como parte del México erigido desde las prácticas sociales y culturales, es una comunidad que ha recreado su identidad a lo largo de una vasta y compleja historia, en la que tiene relevancia su condición étnica expresada en el territorio y en prácticas de territorialidad que se institucionalizan mediante originales formas de hacer política desde lo local, hacía lo regional, lo nacional y lo mundial. En el caso de Tepoztlán, la apropiación de la tierra es referente de un territorio tanto agrario como sagrado; por eso su defensa adquiere grandes proporciones y una determinación en la que conviven los hechos trágicos enfrentados por el sentido carnavalesco de la transformación social.

Zapata cabalga por el Tepozteco refiere a la recuperación territorial que hacen los pueblos en sus luchas, pero también a la recuperación simbólica de su historia al retomar de mil modos el mito del héroe revolucionario que se constituye en una de las imágenes visibles que sirve a la defensa de los pueblos frente a los asaltos del capital por apropiarse de su territorio. Se trata, como siempre lo han hecho los campesinos

Pretender organizar la actividad humana de manera sostenible, para lograr que seamos capaces de satisfacer nuestras necesidades y expresar nuestro potencial máximo, por medio de la adopción de la “revolución ecológica” es una meta alcanzable.

Desde hace algunos años, una ferviente pretensión para proteger el entorno mediático nos sitúa ante el reto de alcanzar una sostenibilidad mediática. Estamos saliendo al paso de la reducción del hecho ecológico única y exclusivamente referido a la defensa del medio natural. Creadores y artistas audiovisuales han contribuido intensa y extensamente para crear y establecer las coordenadas de una ecología mediática.

El trabajo de Laura Rosseti Ricapito se inscribe e involucra en la esfera de esta búsqueda. el desarrollo de sus argumentos ante lo acontecido en el arte y en el pensamiento del siglo XX, la presentación de los hechos y las tendencias determinantes, la voluntad de analizar los posibles efectos del factor tecnológico en la mediación, así como potenciar una concepción amplia y universal de más de cien años de experimentación de gran trascendencia para la comunicación en general, la audiovisual y multimedia en particular, son elementos claros de esta complicidad que va arraigando plenamente en nuestro imaginario.

Hace un siglo la Revolución dio cabida a radicales sueños sociales, miles de mujeres se sumaron a ella pero pocas impugnaron las injusticias que vivían por el simple hecho de ser mujeres. Cien años después son incontables las mexicanas que cuestionan las desigualdades, la opresión y la discriminación de género en todos los espacios.

En los dieciséis ensayos que integran esta obra, se hallarán historias de lucha y reflexiones sobre los motivos, logros y desafíos de miles de mujeres que en distintos contextos socioculturales y coyunturas políticas han desplegado su pensamiento crítico y su imaginario social tratando de construir un mundo donde puedan ejercer sus libertades, su autonomía y sus derechos sin obstáculos ni cortapisas.

La obra contribuye a ampliar la memoria histórica de los feminismos mexicanos y a hacer visible su papel en las transformaciones culturales, socioeconómicas y políticas de nuestro país. La diversidad de enfoques de las autoras permite conjugar el análisis histórico y el debate en torno a un proceso inacabado y con muchos retos por delante.

Las escrituras de pacheco y Blanco son guías imprescindibles de nuestra hora; ambos han labrado una imagen del escritor responsable que, en mitad de la tormenta, trabaja con dignidad y honradez en el medio literario y cultural sin voltear hacia atrás, seguro de que al final del recorrido encontrará, mínimamente, la luz de la estación que tal vez sin proponérselo buscaba: la que reúne el texto con sus lectores -eso lo sabía muy bien Fernando Benítez. Pacheco y Blanco pertenecen a dos genera¬ciones distintas pero se encuentran en el interés y la inquietud por la poesía, que los une y tal vez los identifica; es visible la pasión de ambos por T.S. Eliot (1888-1965), a quien Pacheco le ha dedicado muchos días y esfuerzo.

El autor de La tierra baldía (1922) le sirvió a Blanco para titular un texto con un verso suyo: “Ojos que da pánico soñar”... Sueños que da pánico escribir, un juego de palabras de ese mismo verso, alude a la realidad desbordada que han reinventado en sus poemas, crónicas y novelas, esos dos autores.

Gritos en la pared, arte en las esquinas, los carteles de cine son sueños de papel: promesas de aventura y placer en la secreta penumbra de una sala. Encaramados en postes y paredes nos observan, acechan desde las alturas. Los carteles son silentes cantos de sirena, insinuantes vampiresas que nos abordan a la vuelta de cada esquina, que nos tientan, que nos seducen. Porque desde los ingenuos murales de pulquería hasta los estentóreos espectaculares de Periférico, los afiches son la maquillada piel de la ciudad.

Este libro es un recorrido por los trabajos de los artistas que nos dieron cartel. Y sobre todo por los destajistas del diseño gráfico que durante los años dorados de la Segunda Guerra Mundial y en la posguerra proyectaron nuestro cine por todo el continente internacionalizando los ojos de María, los bíceps de Pedro, las caderas de Ninón...

Orígenes, influencias, poética y política de un arte mercenario pero calador que educó la mirada de los mexicanos de a pie que no frecuentan museos de pintura. Amoroso acercamiento a un oficio despreciado pero trascendente. Porque los carteles pueden ser llamados comerciales pero también poemas, consignas, ventanas a la utopía.

El abordaje común de la relación entre las TIC y la escuela enfatiza las posibilidades y ventajas que los recursos digitales tienen para producir una nueva cultura escolar y una dinámica sociopedagógica mejorada. Computadoras, dispositivos tecnológicos y redes de información como símbolos de la modernización educativa y de la cualificación escolar. Símbolos digitales explora el revés de este imaginario institucional, mercadológico y social.
 
Al preguntarnos no por la forma en que la tecnología transforma la cultura, sino por la manera en que las culturas comunitarias en los contextos vivos de las muy diversas escuelas urbanas, rurales e indígenas de México encaran los procesos fácticos e imaginarios de introducción y extensión de las TIC, reconocemos la urdimbre de las fisuras, ios contrasentidos y las incertidumbres que los procesos de cibernetización educativa han implicado.
 
Las Tic no sólo son dispositivos y estructuras de una estrategia desde arriba (desde las instancias de la planeación y decisión institucional a gran escala), sino también ámbitos en que la dinámica social específica encara una tecnología que nunca es pura técnica, porque se halla habitada por la concreción de sus posibilidades y límites históricos y sociocultu-rales. No basta con dotar fragmentaria e intermitentemente de recursos tecnológicos a las escuelas, especialmente cuando dichos procesos poco han incluido la opinión de las propias comunidades escolares, pero especialmente porque suponer que la tecnología determina los cambios constituye una incomprensión de las complejidades simbólicas y sociales que las dinámicas educativas despliegan.
 
Toda sociedad imagina un futuro. En él centra sus sueños y esperanzas, pero también sus temores. y tanto en la historia pasada como en el futuro se describen los hechos acaecidos y se predicen o imaginan las sociedades del porvenir.

Pero ¿cómo puede hablarse de resistencia al porvenir? la resistencia, la oposición al porvenir es lo que la sociedad, mediante el discurso en la ciencia ficción, quiere evitar, con éste se intenta crear conciencia sobre lo que los hechos del presente avisarán; pero el porvenir ya no es aquello que deseamos sino aquello que tememos. la forma de resistir del discurso cinematográfico es presentar una denuncia sobre el presente, ese fugaz ahora, que está repleto de prejuicios y estereotipos y que imagina ese futuro con el sentido común de su época, del cual no puede escapar.

Las distopías son, invariablemente, descripciones de sociedades futuras con una historia distinta a la nuestra, con eventos históricos distintos; que intentan mostrar hacia dónde se dirigiría la humanidad si determinada situación destructiva no es corregida. Las distopías que comenzaron a proliferar a finales del siglo XIX continúan hasta nuestros días y expresan diferentes miedos: el miedo a la aparición de una sociedad gobernada por una élite dirigente que aplaste al sujeto y por ende a la comunidad, o miedo a que una guerra nuclear o un virus destruyan nuestra civilización.
 
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