Yo

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Martes, 11 Julio 2017 21:14

Espacio y poder

Foucault es, sin duda, el filósofo del siglo XX que trae nuevamente a la reflexión el espacio, continuando la preocupación -tal como lo hace explícito- de ciertos historiadores que, como Marc Bloch y Braudel, realizaron la historia de los espacios rurales o marítimos. Foucault mostrará que no es suficiente decir que el espacio predetermina una historia, al tiempo que la refunda y que esa historia se sedimenta en él, sino que será necesario estudiar en detalle el anclaje espacial en tanto forma económico-política.

A fines del siglo XVIII, momento en que comienza a desarrollarse una reflexión política sobre los espacios, se cierra para la filosofía el derecho a hablar del mundo, del cosmos, del espacio finito e infinito; el espacio ya no será eje de su reflexión, la física teórica y experimental se hará cargo de su análisis, y la filosofía será desalojada de este campo de reflexión. A partir de este momento el espacio se convirtió en objeto de una práctica científica y de una tecnología política.

El discurso filosófico, después de Kant, con Hegel, Bergson y Heidegger, fijó su mirada en el tiempo, siendo éste su objeto privilegiado de pensamiento y descalificó al espacio, según Foucault, "que aparece del lado del entendimiento, de lo analítico, lo conceptual, lo muerto, lo yerto, lo inerte",' mientras que del lado del tiempo fue inscrito el proyecto, el progreso, la vida.

Foucault se expresa, en esta misma perspectiva, en una entrevista realizada por la revista Herodote en 1976: "Será necesario hacer una crítica de la descalificación del espacio que ha reinado hace varias generaciones. ¿Ha comenzado con Bergson o antes? El espacio es lo que estaba muerto, fijado, no dialéctico, inmóvil. Por el contrario, el tiempo era lo rico, fecundo, vivo, dialéctico".

El espacio había sido entendido, durante siglos, como un hecho natural, lo dado, la geografía física, una "suerte de base prehistórica"; o bien Fue concebido como "lugar de residencia o de expansión de un pueblo, de una cultura, de una lengua o de un Estado [...] En suma, se lo analizaba o bien como suelo, o bien como aire, lo que importaba era el substrato o las fronteras ".

Martes, 11 Julio 2017 21:11

Escrituras que trazan memorias

Desde ámbitos sociales y geográficos distintos pero marcados por la violencia y el autoritarismo, Gioconda Bell i y Luisa Va-lenzuela han dado voz y densidad textual a la vida, historia y memoria de las mujeres. En Bisherú Bernal Medel ambas autoras han encontrado a una lectora aguda y sensible. Este libro nos ofrece una guía sugerente para mejor apreciar mundos narrativos donde cuerpo y voz, dolor y placer, erotismo y amor se entrelazan en hilos multicolores de historias y memorias que cuestionan la tradición, el silencio opresivo y la historia oficial.

Martes, 11 Julio 2017 20:55

El sujeto y el campo de la salud mental

El sujeto y el campo de la salud mental es una compilación que adquiere consistencia y continuidad a partir de un problema eje específico; ya sea que hablemos de los transtornos psíquicos, de la salud mental o del conflicto psíquico, habremos de afirmar que en sus manifestaciones o sintomatología, encontraremos las condiciones históricas, familiares y sociales en la vida y la estructuración del sujeto, enmarcados dentro de los referentes simbólicos de la cultura.

De la misma manera, se consideran tanto la locura, la marginalidad, la exclusión social, y el propio conflicto psíquico, como aspectos que siempre se articulan para el pathos o sufrimiento mental. En otras palabras, en la medida en que el hombre es un ser social, los procesos que se ponen en juego para la constitución del sujeto y la subjetividad se articulan en las redes sociales, resultado de una trama histórica, y es en ese devenir donde la dimensión del conflicto psíquico tiene lugar.

Esperamos que los textos incluidos en este volumen, abordados desde esta visión psicosocial, resulten de gran ayuda para los estudiantes, investigadores y lectores interesados en estos temas.

Martes, 11 Julio 2017 20:51

El monstruo, objeto imposible

Este libro trata sobre teratología, la ciencia decimonónica especializada en el estudio de las anomalías y las monstruosidades. Se basa en el Catálogo de anomalías coleccionadas en el Museo Nacional publicado en 1896 y en los estudios teratológicos que los médicos mexicanos escribieron en el último tercio de ese mismo siglo, en los que se encuentran las imágenes que dieron pie a esta investigación: borregos de dos cabezas, cuerpos de mujeres con las visceras abiertas, chivos de cuatro patas, enanos, gigantes, cíclopes, hermafroditas, siameses...
Sin embargo —nos dice Armado Bartra en el prólogo— “el verdadero tema de la autora es el vértigo ante el irreductible e innormalizable otro radical que es el monstruo. Una obsesión que los médicos, naturalistas, museógrafos y abogados decimonónicos tratan de exorcisar a fuerza de conceptos científicos, legales y pedagógicos. Lo que en verdad se indaga no son tanto las anomalías registradas y clasificadas por obstetras y naturalistas sino la condición subversiva del monstruo, el solvente necesario para desguanzar los discursos progresistas y racionalistas de ayer y hoy.
”Se trata —añade— a la vez de una ‘búsqueda del monstruo’ y de un desmontaje de los discursos racionalistas y en última instancia de la noción de progreso (en las especies, en la ciencia, en la sociedad), empleando como revulsivo la presencia insoslayable del otro tal como se muestra en el cuerpo del monstruo.
”En el texto se combinan dos discursos: uno verbal y otro icónico, y en ellos las imágenes se insurreccionan recordándonos que en el fondo el monstruo es la imagen del monstruo y que algunas de estas imágenes son también un espejo.”
Tal vez, concluye Bartra, estas imágenes tengan un valor premonitorio: “la revolución que 15 años después de la inauguración de la sala de teratología del Museo Nacional saca de quicio al orden y el progreso debió ser vista por los por- firistas como una anomalía histórica, como una suerte de monstruo’ social.”

Miércoles, 05 Julio 2017 17:31

El México bárbaro del siglo XXI

Hace más de un siglo John Kenneth Turner documentó el rostro de la barbarie que subyacía en la modernidad porfirista a partir de notas periodísticas que se publicaban en Estados Unidos pero que en México apenas eran conocidas. El conjunto de artículos dio pie a El México bárbaro, referencia obligada que documenta el fracaso de la modernidad capitalista. Casi un siglo después, Armando Bartra publicó una monumental obra de historia económica con el mismo título, dándole una base científica a los argumentos de Turner, a la vez que continuidad a la crítica.

Tratando de seguir esta lógica, los artículos reunidos en El México bárbaro del siglo XXI, parten desde distintos lugares de las ciencias sociales para exponer las variadas formas en las que la barbarie capitalista se hace presente hoy día, y no hay espacio en el país que escape a su lógica.

De esto dan cuenta los procesos de despojo de tierras y territorio, la extracción minera y de hidrocarburos, la expoliación sobre el campo y los campesinos, así como de quienes viven en las orillas de la urbe -y son de ésta pero también del campo. Los capítulos de este libro son, sin duda, visiones fragmentadas, partes de una película mayor que nos muestra un proceso complejo y estructural. Pero una mirada cercana, precisamente la de Armando Bartra, nos recuerda: "A veces los estudios de caso son como islas que vistas en conjunto perfilan un continente sumergido y el que aquí se vislumbra es el sombrío continente de la violencia sistémica. Hace cerca de veinte años, cuando de la mano de John Kenneth Turner escribía El México bárbaro, la violencia social que había imperado en los albores de la centuria pasada persistía en el México del fin de siglo bajo la forma de un racismo que el madruguete neozapatista de 1994 balconeó.

Hoy el racismo sigue ahí, pero junto a él emergen otras formas de barbarie, entre ellas las 'guerras del narco' y el despojo de las comunidades por megaproyectos, temas que abordan los ensayos contenidos en El México bárbaro del siglo XXI". La invitación de este libro es pues, a que tratemos de perfilar el continente sumergido..., la película mayor.

Martes, 04 Julio 2017 17:02

El hombre de hierro

Este libro representa un hito en la producción de su autor, ya reconocido desde hace más de tres décadas por una extensa obra en la que se ha destacado como uno de los analistas políticos más brillantes de su generación, el más autorizado investigador del campo mexicano y un imprescindible pensador de la izquierda mexicana.

El sojuzgamiento del hombre de carne y hueso por el hombre de hierro es la metáfora con que Marx alude a la dominación del trabajador por la máquina y, por extensión, a la configuración material que adopta la polimorfa opresión capitalista. Armando Bartra asume como perspectiva crítica este concepto y la rebelión contra las máquinas inaugurada en Inglaterra por el legendario general Ludd, para leer la saga de rebeldías del siglo XX que suscitó esta dominación como la multiforme resistencia al monstruo codicioso que se oculta tras de los más variados disfraces.

Descubre así que el modo material de producir y de consumir, la ciencia y la tecnología no son neutrales sino que interiorizan la racionalidad capitalista y por ello tienen a la especie humana al borde de la extinción. Sin embargo, el hombre y la naturaleza son entidades rebeldes a las que se puede poner precio pero cuya reproducción escapa al círculo vicioso de la valorización del valor. De ahí que el campo sea y haya sido escenario privilegiado de la resistencia al hombre de hierro contra el cual se rebelaron desde el siglo XIX las huestes del capitán Swing que destruían trilladoras, hace cincuenta años los críticos de la llamada Revolución Verde y hoy quienes denunciamos la amenaza de los transgénicos.

La misma perspectiva le permite cuestionar tanto el mito de la regulación automática de la producción por el mercado como la imagen de la revolución como evento fulminante y proponer revoluciones lentas pero tercas en las que se combine la prosa con la poesía, la necesaria ingeniería social con la vivencia anticipada de la utopía. De esta manera, vislumbra finalmente una izquierda ecuménica dotada de un proyecto alternativo incluyente que trascienda los particularismos sin avasallarlos.

Martes, 04 Julio 2017 16:32

El Estado nacional de competencia

ESTE LIBRO PRESENTA UNA interpretación del mundo actual basada en un pensamiento crítico nutrido por Marx, la Escuela de Frankfurt, el neomarxismo francés y la teoría de la regulación. Su autor es el profesor alemán Joachim Hirsch, quien con este esfuerza reivindica el vigor y actualidad de la crítica como procedimientos del pensar acerca de los fundamentos, naturaleza y fines de los fenómenos que aparecen con otra consistencia a la mirada ingenua.

Situándose a contracorriente de los lugares comunes que se repiten por todos lados, Hirsch hace una cartografía profunda de la nueva figura histórica del capitalismo a la que denomina de “Estado nacional de competencia" y que sustituye al fordismo como modo de regulación y como régimen de acumulación.

Lo original de esta perspectiva es que supera las dicotomías las dicotomías tradicionales con las que se emprende el análisis social:

“política” y “economía”, “sociedad civil” y “Estado”, son formas existenciales distintas de un mismo sistema de relaciones sociales de poder.

Así, las visiones superficiales de la época actual, que diagnostican el triunfo del mercado sobre la política, y de la sociedad civil sobre el Estado, todo esto en el marco de un proceso de democratización global, son profundamente revisadas y juzgadas como unilaterales, erróneas e insuficientes, pues parecieran desconocer la entraña del capital. Se trata, en suma, de un libro de crítica que sin duda contribuirá sustancialmente al debate actual sobre el estado del mundo.

Joachim Hirsch es profesor de la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt del Meno, Alemania. La Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco ha publicado de este mismo autor Globalización, capital y Estado.

Martes, 04 Julio 2017 16:28

El arte de investigar

En cierta manera el sujeto cognoscente construye la realidad desde la posición que su tiempo y espacio históricos le han proporcionado; en otros términos, desde su horizonte de cognoscibilidad, su experiencia vivencial y los intereses subyacentes a su acción, que dimanan de una persona concreta ubicada históricamente en un espacio y contexto socio-temporal determina¬dos. El conocimiento, para Piaget, es un proceso de acción transformante de la realidad conocida, y, por ende, del sujeto cognoscente, a partir de la experiencia y de los conocimientos anteriores que permiten interpretar las realidades relativamente nuevas en una estructura conceptual dominada por el sujeto y en la cual se estructuran la percepción de las nuevas experiencias, es decir que posibilitan la transferencia de conocimientos a la nueva realidad construida y por explicar.

Si bien no se trata del proceso de adecuación propuesto por Aristóteles entre sujeto y objeto, es indudable que entre sujeto cognoscente y realidad construida como objeto de conocimiento hay una relación constituyente del proceso de construcción del conocimiento por parte del sujeto, que modifica tanto a la realidad conocida como al sujeto mismo. No se trata sólo del individuo, sino del sujeto colectivo, es decir, la sociedad, porque el conocimiento es una construcción social, es un proceso colectivo, que supera el proceso neuronal propio de cada individuo. El conocimiento se produce en la acción misma sobre el entorno social y natural del hombre, en la interrelación de los sujetos con el mundo exterior, en el contacto con lo diferente, con la otredad, cargada de su experiencia vital y en devenir constante.

Quise escribir un informe de esta experiencia reflexiva que rebasara el círculo de los especialistas, en el entendido de que la filosofía nos atañe a todos, pese a la opinión generalizada en que se la acusa de expresarse en un discurso abstracto, solemne, aburrido e inútil. Hay textos de pensadores con los que es preciso entablar un diálogo sobre temas centrales para la existencia humana en cualquier situación. De hecho, Heidegger se explaya acerca de Heráclito, Parménides, Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel y toda una pléyade de autores de ideas. Sin embargo, me parece que ninguno de ellos se reconocería en las lecciones del maestro de Freiburg. Y eso es normal, porque la ortodoxia sólo sirve para sostener el poder de quienes la establecen. Por el mismo hecho de leerlo, la interpretación de un libro ya se modifica.

Ahora bien, admitiendo la autoridad de los filósofos consagrados, en mi caso sostengo que el diálogo más fecundo es con nuestro entorno. Por eso incluyo, a título ilustrativo, cómo me hizo pensar una película de Chaplin o una obra literaria de Kafka. Se accede por esta vía a liberarse de un arsenal de mecanismos automáticos que rigen en nuestro comportamiento. "Lo digo porque se dice. Opino porque así se opina". Ahí está el "se" impersonal al que se refería Heidegger, el anónimo "otro" que determina y justifica conductas de sumisión en nombre de un sentido común fantasma. Estoy convencido de que la filosofía tiene la fuerza suficiente para colaborar en la generación de una comunidad que se cuestiona, que no se arrodilla ante los ídolos mediáticos ni patrióticos ni eclesiásticos, y que pone cuidado en sus acciones de todos los días. He ahí la cura del ser, otro tema del filósofo.

La teoría económica institucional de Geoffrey Hodgson, combina elementos de la Economía Institucional Original y la Economía Evolutiva. Hodgson construye su edificio teórico a partir del análisis de las profundas contradicciones que enfrenta la economía, lo que le ha llevado a construir planteamientos alternativos y plurales.

Para Hodgson, en la teoría económica es necesario superar la visión del actor racional, plenamente intencional, y sustituirla por otra que esté sustentada en un actor menos deliberativo. Asimismo, es necesario crear un marco de análisis que enfatice la importancia de la evolución, el desequilibrio y la heterogeneidad de los fenómenos económicos. En términos metodológicos, Hodgson propone una posición alternativa al individualismo, sin caer en el extremo del colectivismo.

En el centro de la teoría de Hodgson se ubican las instituciones, como elementos fundamentales de la economía. De acuerdo con este autor, uno de los principales retos de la teoría económica es la incorporación plena de los aspectos institucionales reconociendo la naturaleza de los supuestos, las metodologías y los esquemas de explicación asociados a cada una las distintas posturas teóricas. Hodgson ha contribuido de manera significativa en la construcción de este nuevo paradigma.

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