El presente estudio pertenece a la gente de la comunidad Nuevo México, de San Vicente Pacaya, Escuintla. Las personas que compartieron sus historias conmigo son sobrevivientes, quieren recuperar su memoria y compartirla con las nuevas generaciones. ¡Que nadie olvide la injusticia! ¡Que nunca vuelva a repetirse!
Más allá de mi trabajo como investigadora, considero importante realizar la recuperación de la memoria comunitaria, de sus sentires y pensares, y plasmar en un trabajo académico no sólo la tragedia que vivieron sino también la historia de su resistencia y sobrevivencia, de su caminar infatigable y constructivo. Llevar a cabo esta tarea implicó una parte conceptual y analítica, pero también una dimensión emocional, pues sin amor y coraje, sin esperanza y sin indignación no se entendería este proceso. Incluir las distintas perspectivas de su relato es una manera de agradecer a la comunidad que me acogió en su seno y la apertura para compartir su historia conmigo.