En un México cargado de expectativas fallidas y falsos discursos, el pragmatismo generalizado de los actores políticos y sociales y la pérdida de sentido de las palabras, por el discurso presidencial que banaliza la realidad y la reinventa diariamente con sus otros datos, es imprescindible reactualizar el pensamiento crítico para descifrar una situación nacional como nunca falseada y fetichizada, redescubrir y redefinir el concepto mismo de izquierda —degradado y anulado—, pero sobre todo para explorar las experiencias de resistencia y autoorganización que brotan a contracorriente de la propia sociedad mexicana.
Rehacer el mundo implica, según Marx, la crítica radical y el rechazo de todo lo existente, abajo y a la izquierda porque considero que es la única perspectiva que conduce a un horizonte de autoemancipación y a una política muy otra frente al capitalismo mundializado.