EI capital reclama una base territorial sustentada en el Estado-nación, pero también requiere desplegarse en un sistema mundial. Este doble movimiento no está exento de contradicciones y problemas, siendo los principales insolubles en el seno de la organización capitalista. Por ejemplo: ¿por qué las revoluciones que han buscado poner fin al capitalismo se han hecho presentes en los espacios de Estados-nación?, ¿qué hay en la dinámica del capitalismo que, reclamando operar en un sistema mundial, sus fracturas sin embargo se producen en los acotados territorios del Estado-nación? En un segundo nivel de interrogantes cabe formular: ¿por qué esas rupturas se han producido en Estados-nación de la periferia capitalista? Problema que nos obliga a considerar el sistema mundial como una unidad de desarrollo del capitalismo que sin embargo propicia fracturas en Estados-nación subsoberanos, los del mundo subdesarrollado y dependiente. Esto significa que la construcción de un orden social que pretende superar el capitalismo se inicia ahí donde el capitalismo ha generado más barbarie que civilización.
(Los límites territoriales del Estado-nación, además, son demasiado estrechos para conformar socialismo y ese punto de partida para las nuevas formas de organización de la vida en común está muy lejos de lo requerido. Éstas son las condiciones existentes en el largo y escabroso camino de tránsito del capitalismo al socialismo).