Cuba: una clave en el conflicto mundial

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Asimilar los cambios no es fácil. Especialmente cuando la velocidad de éstos -"tiempos históricos"- pueden ser superiores a la de la percepción, normalmente adecuada a lo más permanente ("sentido común"). Pero si una sensibilidad proclive a los cambios, deriva en azoro, un diagnóstico posible es la desinformación.
En las ciencias sociales, la relación entre permanencia y cambio (expresable en términos metodológicos como estructura-coyuntura) está esencialmente determinada por definiciones teóricas, pero mediada de manera notable por elementos de información (investigación), para poder asumir las tendencias históricas como procesos dinámicos.
Los llamados "escenarios internacionales" son construcciones analíticas que adolecen de una sobrerrepresentación de fenomenologías con un alto rango de superficialidad, por cuanto expresan condensaciones de resultantes de fuerzas, sin poder apreciarse éstas con sus contenidos y sus relaciones. Por esa razón, estos "escenarios internacionales" son de por sí difícilmente aprehensibles. Si a ello adicionamos las dificultades propias de los procesos acelerados de cambio, en el sentido antedicho, la potencialidad cognoscitiva de los "escenarios internacionales" es, por lo menos, harto limitada.
Las circunstancias actuales en el plano internacional abonan los terrenos de nadie en materia explicativa, que con facilidad conducen a las mentes más abiertas a sucesivas sorpresas y desazón. Con intencionalidad, los medios de comunicación funcionalizan la confusión: en la era de la informática y los satélites, es paradoja que cuando podríamos estar más cerca de la información, estamos más lejos del conocimiento y la comprensión.
La ideologización de la realidad se impone por los titubeos críticos que generan los fracasos mal asimilados.

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Leído 1127 veces Last modified on Lunes, 04 Noviembre 2019 19:03