El objetivo central de este libro realizado entre 2016 y 2019 fue mostrar la manera en que los campesinos de la región de los Altos de Morelos se han conformado como actores sociales en un inter espacio que incluye sus propias comunidades y los centros urbanos próximos. En tanto que región historizada, su configuración está relacionada con los momentos clave que la han dibujado.
Un objetivo específico ha sido estudiar la importancia de la continuidad de las actividades campesinas en un contexto marcado por la relación campo ciudad que articula los antiguos espacios rurales con los urbanos. Al mismo tiempo, se ha pretendido dar cuenta de los cambios que han ocurrido en las estrategias de reproducción social entre las familias campesinas de la región y la diversidad de actores sociales que han estado surgiendo, reconociendo de manera especial, el papel de las mujeres.
Este estudio ha intentado reconocer de manera transversal los principales rasgos identitarios que asumen los habitantes que todavía se dedican a la producción agrícola y que los colocan como actores sociales con memoria, con experiencias aprendidas y con expectativas de futuro proyectadas a través de las redes y las organizaciones sociales de las que han formado parte.
Es interesante recalcar como en el contexto de continuos avances de la urbanización, persisten una cultura campesina que guarda celosamente sus saberes en el cultivo de plantas ancestrales para la tradición culinaria y medicinal, así como prácticas colectivas en actividades civiles y religiosas de los pueblos y barrios en esta región.