México como salvaguarda en las Naciones Unidas: propuesta sobre mediación en el conflicto de Rusia y Ucrania
Ana Fabiola Gomez
Luego del intento de Emmanuel Macron por moderar el conflicto ruso-ucraniano en febrero de 2022, las propuestas de mediación del resto de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se habían mantenido distantes. En un intento por evitar una escalada y empezar a pensar en una solución, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, expresó el pasado 22 de septiembre en el marco de la 77° Asamblea General de las Naciones Unidas, una propuesta de mediación entre Rusia y Ucrania. La propuesta hecha por el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene como objetivo crear una comitiva conformada por el primer ministro indio Narendra Modi, el Papa Francisco y el secretario general de la ONU, António Guterres que fungirían como actores imparciales, capaces de mediar el conflicto. Después de conversaciones con los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia y Ucrania, parece ser que México busca una solución que resulte beneficiosa para ambas partes, apegándose a sus característicos principios de política exterior, dentro de los cuales destacan: la no intervención, solución pacífica de controversias y la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza. Posiblemente, el gobierno mexicano busca en primera instancia, evitar que las consecuencias derivadas del conflicto sigan afectando a la población civil. En este sentido, es imprescindible analizar de qué manera esta propuesta puede ser viable, y de ser así, bajo qué condiciones puede implementarse.
Es importante recordar que en el momento en el que Rusia implementó la “Operación Militar Especial” en terreno ucraniano en febrero de 2022, distintos países optaron por tomar una postura defensiva, buscando que alguno de los bandos, obtuviera la victoria sin importar los medios necesarios para lograrla. Sin embargo, esto no sucedió, el conflicto siguió desarrollándose y los países, en especial, los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comenzaron a alimentar la guerra. Si bien es cierto que, al inicio del conflicto, se pensó en una solución por medio de la negociación, casi de inmediato, esto fue descartado. Al día de hoy, ningún país ha apostado por una salida negociada. La principal razón de esto es que tanto Rusia como Ucrania al parecer no están en disposición de negociar.
Dicho lo anterior, podemos rescatar que esta propuesta es una proyección de la política mexicana, al interior y al exterior del país. México busca posicionarse como salvaguarda de la paz dentro de la ONU con el objetivo de empezar a tener un papel más activo dentro del terreno de juego. Por otro lado, esto reflejaría no sólo una mayor estabilidad dentro de sus fronteras, sino también una mayor estabilidad en sus relaciones diplomáticas. El hecho de que México comience a acentuar su participación en los foros internacionales habla de una estrategia política que sentaría las bases para empezar a forjar acuerdos bilaterales con distintos países.
Tratando de ser objetivos, la propuesta aún carece de consistencia para llevarse a cabo. Los actores que figuran en la propuesta del caucus, podrían no ser la mejor elección dentro de este contexto. Porque otros actores internacionales pueden tener más relevancia en un sentido geopolítico, económico e incluso, social.
A continuación, se presentan tres puntos fundamentales para la implementación de la estrategia de paz: En primer lugar, podríamos considerar la reformulación del papel de la ONU o la reorganización de sus órganos más importantes con el fin de brindar una ayuda más precisa en casos de conflicto. No obstante, esto puede entreverse como una tarea sumamente complicada, ya que la reforma a las Naciones Unidas, si bien ha sido propuesta, se ha detenido por años. En segundo lugar, podríamos empezar a contemplar la participación de diplomáticos o mandatarios rusos y ucranianos, ya que el panorama de una mediación se vislumbra complicado sin la intervención de los países involucrados. Y en tercer y último lugar, también sería conveniente tomar en consideración las opiniones de otros líderes con el objetivo de mejorar la propuesta o bien, complementarla con la ayuda de nuevas ideas. Hasta el momento, Gustavo Petro, presidente de Colombia y Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, se han proclamado a favor de colaborar con la propuesta del gobierno mexicano.
Es fundamental resaltar que, en el discurso, el secretario Marcelo Ebrard otorgó a la ONU el espacio que posee como foro para resolver controversias, señaló que Naciones Unidas atraviesa lo que podría pensarse que es una “parálisis” porque en apariencia, parece no estar subsanando el conflicto. Sin embargo, no existe otro organismo capaz de resolver un conflicto de tal envergadura. Quizá la propuesta de México en las Naciones Unidas no tuvo el éxito esperado por no venir de una gran potencia. No obstante ¿la solución hubiese sido bien recibida por los miembros si algún país occidental la hubiera propuesto? Es probable. Sin embargo, otra razón por la que los países occidentales han adquirido protagonismo en el conflicto es principalmente porque han contribuido en la guerra, otorgando armamento y apoyo económico a Ucrania. Por el momento, puede que la mejor respuesta sea esperar a que el conflicto siga desenvolviéndose con el objetivo de poder saber de qué manera actuar. Sin embargo, es importante destacar que México se ha mantenido como un actor sosegado y diplomático a lo largo de estos meses, que busca una solución pronta a través de mecanismos pacíficos respetando en todo momento el papel de cada uno de los actores en el marco internacional y, sobre todo, manteniéndose fiel a sus principios. Esta puede ser la oportunidad para un relanzamiento de la política exterior mexicana que se había mantenido ensombrecida desde hace varios sexenios.